La elegancia en general y en los interiores en particular

La elegancia en general es cuestión de buen gusto y distinción, algo que se puede aplicar tanto a personas como a los interiores que habitan las personas. Se relaciona con lo grato y la belleza, si bien

 “la elegancia: algo más que buenas maneras” Ricardo Yepes

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la Naturaleza ejemplo de proporción y belleza

La elegancia en general

Palabras que la definen: armonía, equilibrio, distinción, delicadeza, refinamiento, estilo, proporción, dotada de gracia….Términos que se pueden referir tanto a personas y actos, como a cosas y espacios.

Siempre tienen que ver con lo estéticamente agradable y nunca con el poder adquisitivo. Elegancia es asumir lo que somos con naturalidad, sin pretensiones ni artificios.

 “No, no es un código de elegancia. Vestirse así, hacer esto o aquello….La elegancia es más que una apariencia, es un estado de ánimo superior al que debemos tender” Traité de la vie élégante, Honoré de Balzac 1833

En los interiores en particular

Algo que he podido constatar en mis muchos años como interiorista, es que los espacios en los que vivimos son un reflejo de quienes los habitan. Al menos así es en la mayoría de los casos….

La casa de alguien elegante emana de esa elegancia y va más allá de las tendencias y las modas.

Los rasgos principales de un interior elegante

En primer lugar, debe de existir proporción entre el espacio y los elementos que lo ocupen. Un sofá demasiado grande en la zona de estar, es como meterse dentro de un vestido dos tallas menos de las que te corresponden. La solución: la divina proporción. No tenemos más que fijarnos en la Naturaleza

La aparente sencillez de la hechura y el case del dibujo del abrigo del maestro Balenciaga esconden un gran control de la técnica y el gusto por lo bien hecho.  

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abrigo colección del Museo Balenciaga, Getaria

Igualmente ocurre con esos interiores elegantes, en los que nada más entrar te sientes bien. Han sido creados tras exhaustivos estudios. Empezando por los volúmenes, en conjunto con el uso del color y de la iluminación, tanto la natural como la artificial.

Por hacer un breve resumen: más de tres colores predominantes son ya multitud….Osar está bien pero hay que saber cómo. 

Cuidado con los focos empotrados en el techo….siempre con cuenta gotas y dependiendo para qué. Color e iluminación en exceso pueden convertir un bonito espacio en una feria.

Auténtica elegancia

Nada más lejos de un interior elegante que aquel en el que parece que no vive nadie. Casas tipo showroom súper diseñadas por quienes imponen su impronta a costa del gusto ajeno.

La verdadera elegancia es la autenticidad, destilada por la mesura. Orden sin obsesión y una sana pulcritud. Y nada de pretensiones: cada espacio es como es y está donde está. Enormes cornisas floreadas de escayola como remate de techo en un piso con altura de 2,50m, es una ridiculez muy hortera.

Tres ejemplos y una excepción

En cuanto a un ejemplo genérico de interior elegante: la casa tradicional japonesa. Representa todo lo que considero elegancia. El gran amor a la Naturaleza, la inteligencia en el uso de materiales, su funcionalidad y la optimización de los recursos en general. Acabados exquisitos y máximo cuidado del detalle. Espacios nunca ostentosos que incitan a una vida armónica y serena, si bien no me veo como occidental siendo capaz de vivir en una de ellas.

“Cierto que precisa haber recibido una educación especial para vivir en una casa de madera y papel” Bruno Munari, El arte como oficio 1968

Si se puede llamar estilo, el de las casas haute bohemian. Son ejemplo de cómo poner sello propio jugando la carta de la sencillez. Discreción y verdadero effortless chic en espacios que combinan estilos, recuperando objetos y materiales en un amor infinito de lo auténtico y la aceptación de las arrugas.

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Casa tradicional japonesa (Takayama, Gifu)
imagen original de D.A.LaSpina subida por M.Cartwight licencia Creative Commons

El diseñador de interiores Armand Albert Rateau reflejó con acierto la personalidad de la modista Jeanne Lanvin. Testigos vivos del Art Déco, algunos de los espacios de su vivienda parisina, en particular su «boudoir», son ejemplo de interior exquisito y elegante. Se pueden visitar en el Musée des Arts Décoratifs de Paris.

La vivienda de alguien de sobria elegancia está generalmente hecha a su imagen, si bien hay casos sorprendentes.

Uno de ellos sería el “Dormitorio Circo” en Ashcombe House, la casa de campo de Cecil Beaton. Sus razones tendría aquel polifacético británico, considerado uno de los árbitros de la elegancia, para optar por semejante decorado. Me encantaría saber cuáles fueron.

En mi opinión, el espacio destinado a dormir creado por el artista Rex Whistler en los años 1930, incita más a tener pesadillas que dulces sueños. Aquí entraría el subjetivo asunto de lo qué el bello y qué es feo….sobre gustos no me meto.

Os invito a que busquéis en internet imágenes de los espacios que he descrito y ya me contaréis qué os han parecido. Publicaré sobre el tema en stories de mi instagram, por si os puede interesar.

Elegancia en general: también en nuestros actos. Cómo mostramos a los demás nuestra verdadera forma de ser, nuestro interior, sí que lo dice todo. El trato a los demás, a otros animales y al mundo en el que vivimos. Cómo afrontamos lo que nos pasa en la vida, nos hará personas elegantes o todo lo contrario. Es una cuestión de actitud.

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REFERENCIAS

El arte como oficio, Bruno Munari, editorial Labor 1980

Traité de la vie élégante/Theorie de la démarche

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